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Úrsula Álvarez Gutiérrez

¿Sur o no sur?

Quisiera quedarme aquí en mi casa, pero ya no sé cuál es, canta Kevin Johansen* y tiene razón, mientras un tango antiquísimo que afirma que veinte años no es nada yerra escandalosamente. En cuatro años fuera de casa caben siglos de vida y de mi viaje, de sólo cuatro años, no encuentro forma de volver.
Extraño Santander y el ulular de los barcos que la visitan. Extraño su viento bravucón, el que suena a mar, tumba tiros de chimenea y crea yorkies y chihuahuas voladores. Gggrrr, gggrrr, gruñía Pimienta, que no era tan chiquita como para volar, aunque sí caía, gggrrr, gggrrr, renegaba la perrita más amada, no me empujes, viento, que en mis genes habita una galerna, gggrrr, requintaba, con las orejitas atrás y los ojitos entrecerrados, poniéndose de pie una vez y otra vez hasta que regresábamos corriendo a nuestra casa, para no seguir tentando a aquel viento presuntuoso. Extraño a mi primo Mariano, cielo, me decía, y enorgullecía a nuestros espíritus protegiéndome de todo mal. Extraño a mi amigo Fernando, su memoria calamitosa y el regalo magnífico de su existencia. Extraño al Gigante de Alegrilla, la ternura de la mirada de Ramón Viadero ha de ser la estampa más preciosa de la tierruca. Echaste raíces en Santander, respondió mi prima Eva cuando le conté que desde que volví estoy en ¿un sur o no sur? espantoso. Extraño a mi primo Regino, su caballerosidad y los ojos que nuestro héroe le legó, tienes los ojos de tío Fernando, le dije cuando lo conocí y su mirada de cielo sonrió feliz. Extraño a nuestro matriarcado español, prueba irrefutable de la fuerza de los genes, tan igualito al del sur del mundo. Extraño a la Tere y a Rosa, y extraño a Dulce, la perrita que heredó el impermeable rosado de Pimienta. Extraño el camino que hice siguiendo la ruta que mi sueño señaló.
Cantan nuestros espíritus en la tierruca, y su canto, según me cuentan quienes ya leyeron En el nombre de Sixto, conmueve y enternece. Me he muerto de la risa, he llorado, me dicen, ¡qué vidas, Úrsula! Mi favorito es Enrique, Domingo, ¡tío Fernando, claaarooo!, varían las opiniones, comienzan a amarlos y muero de ternura por haber logrado mi propósito: resucitar a nuestros espíritus para oírlos cantar. He regalado a mi abuelo el triunfo que La Parca creyó arrebatarle cuando le mandó ese infarto de mala muerte, he rescatado una canción perdida. Nuestros señores cantan su historia y las de sus tierras, Cantabria y Arequipa, España y el Perú, y por muy varonil y hermoso que su canto sea, no es más que un prueludio para el de nuestras mujeres… ¿Cómo regresa uno de uno viaje como ese?
El problema de cumplir un sueño es que uno queda con un hueco en el pecho, ha de ser para eso que los demás sueños existen. El problema de ser un arequipeño cántabro es que uno quisiera quedarse allí, en su casa, pero no sabe cuál es.
Feliz navidad, queridos.
Úrsula Álvarez Gutiérrez
Arequipa, 17 de diciembre del 2023

*Kevin Johansen es un músico argentino-estadounidense, que no sabe si sur o no sur; que se va porque acá no se puede y se vuelve porque allá tampoco; se va porque acá se le debe y se vuelve porque allá están locos; se va porque aquí no le alcanza y se vuelve porque allá no hay esperanza; se va porque aquí se aprovechan y se vuelve porque allá le echan; que no sabe por qué pasa lo que le pasa y quisiera quedarse allí, en su casa, pero ya no sabe cuál es.


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1 comentário


ankygalvez
22 de mar.

Me imagino que te debes identificar mucho con Kevin Johansen. Yo digo hogar es donde te sientes feliz.

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